La derrota forma parte de la naturaleza del deporte. Es parte esencial de la competición y el juego, perder va ligado a la carrera del deportista. Sea cual sea su deporte, es muy probable que las derrotas ocupen un lugar destacado a lo largo de su carrera. No porque sean muchas, sino por el significado y dolor que traen consigo.
Antes de pasar a ver algunos nombres con un papel destacado si de derrotas hablamos, presentemos a nuestro protagonista. Este boxeador de Tuscaloosa, Alabama, es uno de los grandes nombres de este deporte en la actualidad. Hablamos de uno de los mejores pesos pesados, Deontay Wilder.
“El bombardero de bronce” fue campeón mundial del CMB de 2015 a 2020. En enero de 2015, Wilder se enfrentó a Bermane Stiverne en el MGM Grand Garden Arena en Las Vegas. Lo hizo para vencer a su rival y hacerse con el título del CMB.
Recuerdo que esa fue la primera vez que conocí a este boxeador y quedé impresionado. No soy un gran experto de este deporte y no tengo los conocinientos que sí tengo de otros deportes. No he visto las carreras de muchos boxeadores, pero nunca vi a un peso pesado del tamaño y velocidad de Wilder. Su combate contra Stivene fue una magnífica presentación de este tremendo luchador.
LOS MEJORES KNOCKOUTS DE DEONTAY WILDER:
Cuando eres un deportista con un físico así, que llama tanto la atención, tienes mucho ganado a nivel de imagen. Ejemplos hay muchos, no todos por un físico alto y grande como el de nuestro protagonista: Mike Tyson, Tyson Fury, Manny Pacquiao, Giannis Antetokounmpo, LeBron James, Kevin Durant, Luka Doncic, Isaiah Thomas, Leo Messi, Cristiano Ronaldo, David Beckham, Ronaldo Nazário, Ronaldinho, Hulk, etc.
Son muchísimos los nombres que se añadirían a esta lista, el boxeo no es excepción. El marketing de Wilder es fuerte, tiene imagen y tiene voz. Su físico impresiona, mide 2’01 metros. Sus entradas al ring van acompañadas de unos uniformes muy originales y llamativos. Esto también forma parte del show y es un aspecto que muchos boxeadores como Wilder cuidan.
Luego está la comunicación del deportista, muy importante en el deporte del boxeo. Los combates son un enfrentamiento entre un boxeador y otro, no entre equipos. Los boxeadores tienen un poder de venta y números, que los hace más atractivos en lo comercial o menos valiosos. Por algo Floyd Mayweather es uno de los nombres más destacados en la historia de este deporte; aunque luego lo más importante es lo que pasa en el ring.
Dejamos a Mayweather a un lado, y nos centramos en Wilder y el porqué de este artículo. El pasado 9 de octubre Deontay Wilder y Tyson Fury se vieron las caras por tercera vez. Fue el combate con el que ambos púgiles pusieron el cierre a una trilogía que se saldó a favor de Fury. “The Gipsy King” se llevó la victoria a Inglaterra de forma brillante, después de empatar en la primera y ganar la segunda en 2020. Era la revancha para Wilder, pero no pudo con su rival.
Fury hace bueno eso de “las apariencias engañan”. El de Manchester tiene un físico muy peculiar, nada que ver con el de Wilder. Fury no es el típico boxeador que luce un físico espectacular casi perfecto, que ya empieza ganando el combate solo con su presencia en el ring. Ese no es Tyson Fury, sino todo lo contrario.
“El rey gitano” no parece uno de los mejores boxeadores del momento. Cuesta verlo en ese papel, tanto vestido de calle como cuando sube al ring. Es un caso muy curioso y sorprendente, que llama mucho la atención de quién no lo conozca y lo vea pelear. Muchos que no lo conocían perdieron dinero apostando a su derrota y se llevaron una sorpresa.
Sorpresa también se llevó Wilder, sobre todo en el primer combate. Era la primera vez que se enfrentaban, un combate que medía a dos de los mejores pesos pesados de la actualidad. La pelea terminó en nulo, empate; pero Fury tuvo que sobrevivir a un terrible golpe de su rival que lo llevó al suelo. Algunos apuntaron a una fuerza divina que lo ayudó a levantarse, sin saber muy bien cómo lo hizo.
DEONTAY WILDER VS TYSON FURY 1, EL INICIO DE LA TRILOGÍA:
Después de aquello, el mundo reclamaba un segundo combate, como no podía ser de otra manera. Y año y medio después, ambos boxeadores volvían a verse las caras arriba del ring. Pero en esta ocasión sí hubo vencedor, un claro ganador que dominó la pelea y pasó por encima de su rival. “El rey gitano” se impuso sin necesitar de ninguna ayuda divina. Pasó por encima de Wilder y lo dominó.
Esta vez Fury se presentó al combate mejor preparado que en la primera pelea. Atrás quedaban 2 años de excesos y una fuerte depresión que habían puesto en peligro algo más que su carrera. Fury había caído en el barro y ahora era un hombre nuevo. Superar momentos así te hace más fuerte como deportista, Tyson Fury es un buen ejemplo de ello.
Después de aquel primer combate, Fury se dio un margen de 2 peleas antes de volver a enfrentarse al “Bombardero de bronce”. Y cuando se enfrentó a él, lo hizo mejor preparado. Así se vio en el combate, pasando por encima de Deontay Wilder y llevándose la victoria de forma clara. Mientras para Fury era un momento de celebración, para nuestro protagonista las dudas e interrogantes le asaltaban por primera vez en su carrera.
Era su primera derrota, tras más de 40 combates de los cuales había ganado todos a excepción de su anterior pelea con Fury. Todos por KO, también con una única excepción: Bermane Stivene.
Stivene resistió los 12 rounds la primera vez que se enfrentaron. La segunda vez, Wilder lo noqueó en el primero.
VICTORIA DE WILDER EN EL PRIMER ROUND FRENTE A BERMANE STIVERNE:
Parte II
Deontay Wilder es un ganador, lo ha sido siempre a lo largo de los años y su carrera. Con el paso del tiempo, ganar se ha convertido en rutina y algo secundario. Esto les pasa a muchos deportistas cuando están en racha y ganan todo lo que tocan. Ejemplos, muchos: Michael Schumacher, Sebastian Vettel, Lewis Hamilton, Valentino Rossi, Marc Márquez, Xavi, Iniesta, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green, etc.
Un nombre que estaba ahí hasta hace pocos días es el de Tadej Pogacar. El ciclista de Dinamarca Jonas Vingegaard ha conseguido lo que parecía imposible: ganarle. Su dominio en el ciclismo ha sido breve, solo 2 años. Aunque ni mucho menos ha acabado, el próximo año querrá la revancha. En la lista de ejemplos que he puesto arriba, los hay que han durado muchos más años: Schumi (5), Vettel (4), Hamiilton (6), Rossi (5-7), Márquez (6), etc.
Como deportes colectivos, tenemos por un lado a los jugadores del Barça y de la selección española. Por otro lado, tenemos a los jugadores de los Warriors. Tanto unos como otros extendieron su dominio durante unos cuantos años.
El Barça fue campeón de la Champions League en 2006, 2009 y 2011. Y volvió a serlo en 2015, año que conquistó el segundo triplete de su historia (el primero fue en 2009). Además, España también firmó su particular triplete ganando Eurocopa (2008), Mundial (2010) y Eurocopa (2012).
Por su parte, los Warriors ganaron la NBA en 2015, fueron finalistas en 2016, ganaron en 2017 y 2018 con KD, fueron finalistas en 2019 y han vuelto a ganar en 2022. Los Warriors se han ganado a todos los aficionados con su juego espectacular y su competitividad para ganar cada año. Y veremos este año si vuelven a llegar a las Finales.
GOLDEN STATE WARRIORS CAMPEONES DE LA NBA EN 2022:
No puede ser que por una vez que pierdas, hagas como hizo Wilder cuando perdio la tercera pelea contra Fury. En vez de reconocer la actuación del rival y darle el crédito que merece, Wilder explicó así su derrota:
“Unos 15 minutos antes de salir a la pelea, calentando ya con los guantes puestos, estaba perfecto, me sentía genial… hasta que fui hacia el ring. Fue una transformación; estaba bebiendo agua y esas cosas, tratando de mantenerme hidratado, y simplemente empecé a sentirme raro. Mi agua me cambió, como si tomara un relajante musuclar o algo así. No fue sólo el traje que llevaba, mi agua fue manipulada. Era como si no tuviera control sobre mi cuerpo, mis piernas estaban débiles y cosas así”.
Si te sorprende la explicación de Wilder a su derrota, aún falta por escuchar lo que dijo sobre el traje que llevó en la previa del combate:
“No es que me hiciera daño, en absoluto, pero el hecho es que mi traje era demasiado pesado para mí. No tenía piernas desde el comienzo de la pelea. En el tercer asalto, mis piernas ya desaparecieron hasta el final. Sólo pude probármelo la noche anterior, pero no pensé que fuera a pesar tanto. Eran 40 libras (18kg) con el casco y todas las baterías”.
Así habló de su entrenador y del momento en el que tiró la toalla:
“Ese hijo de **** ni siquiera me hizo una advertencia. Si eres parte de esta trama, era algo que no le importaba hacer porque tenía que cumplir con su obligación. En el séptimo asalto yo me estaba recuperando y de repente tira la toalla”.
Por último, también habló sobre los guantes de su rival:
“En la primera pelea con Ricky Hatton en su esquina, se bajó los guantes para poner los puños en una posición incorrecta. Intentaron el mismo método en la segunda pelea y esta vez me rasgaron la carne de las orejas, lo que hizo que sangraran. Creo firmemente que puso algo duro en su guante, algo con la forma y el tamaño de un huevo. Es la razón por la que los laterales de mi cabeza se hincharon como un huevo y me dejó lleno de chichones”.
Aunque haya algo de verdad en todas estas declaraciones, esto es lo que comúnmente se llama “poner excusas”. Y la verdad es que no dejan en buen lugar a quién lo hace, quedando como un deportista que no sabe encajar la derrota. De nuevo tenemos mil y un ejemplos que no han digerido bien una derrota, como ha hecho Wilder. Probablemente, José Mourinho ocupa un lugar destacado entre todos ellos.
El de Mourinho es un ejemplo muy bueno cuando hablamos de la imagen de los deportistas. En su caso, hablamos de los entrenadores, pero sabemos lo importante que es y el peso que tiene. José Mourinho seguramente será uno de los mejores entrenadores del mundo, pero también es de los entrenadores con más mal perder. Y no lo digo porque yo sea del Barça, es algo que hemos visto a lo largo de los años.
Deontay Wilder no conocía la derrota hasta que enfrentó a Fury. Dio con un rival superior a él que le pasó por encima y le ganó. Él no aceptó el resultado, buscamdo motivos y porqués tan surrealistas como imperdonables. El traje del combate lo llevaba él porque así lo quiso, él fue el que decidió usarlo. Nadie le obligó a ponérselo ni le forzó a llevarlo, fue él el que salió así al ring.
Hablar del traje, por mucho que tuviera esos inconvenientes, es tratar a la gente por tonta. Diciendo eso, Deontay Wilder mostró su peor cara. Todas sus victorias quedaron en un segundo y tercer plano, perdieron ese brillo junto a su percepción boxística entre los aficionados.
Para gran parte del público, Wilder es un mal perdedor y un mal deportista. Las derrotas forman pate de la vida de éstos, pero no todos las aceptan o las digieren con deportividad. Para mí son momentos clave en la vida y carrera de la persona, momentos que marcarán su imagen a gran escala. Si quieres hacer como Wilder o Mourinho, tú eliges en que lado te sitúas.
Pero si quieres hacer como los verdaderos campeones, felicita al rival si te gana y prepárate mejor cuando vuelvas a intentarlo. Ganar es aquello que todos quieren, pero la victoria no es para todos. ¿Vas a quedarte poniendo excusas o vas a ir con todo a por ella?
La victoria es para los más grandes, aunque éste no es el caso.
LA PEOR DERROTA EN LA CARRERA DE DEONTAY WILDER:
Imagen tomada de MARCA.