Volvemos a escribir de F1, pero esta vez hemos elegido un deportista muy diferente a los que hemos visto hasta ahora en el blog. Es un caso radicalmente opuesto a los demás, que se aleja mucho del perfil de deportista modélico y ejemplar a nivel de imagen que habíamos observado. Esto es lo que lo hace más interesante, ya que vamos a ver como ser “malo” también puede ser bueno.
Hasta ahora, hemos visto un perfil de deportista que cuenta con una imagen muy positiva para la gran mayoría del público. Deportistas que gustan a (casi)todo el mundo y acaban siendo muy queridos y apreciados a nivel social.
Veíamos a Valentino Rossi y Ronaldo Nazário, dos estrellas del deporte a nivel internacional que cuentan con una imagen súper positiva entre los aficionados de todas partes del mundo. Veíamos a Alejandro Valverde y Pedro de la Rosa, ambos también muy queridos y respetados a nivel internacional y, en especial, en España.
El único de estos 4 nombres que sí cuenta con bastantes haters y una imagen negativa a ojos de una parte del público es Valentino Rossi. Principalmente aficionados de un país en concreto, casualmente España. Y aún así, es debido esencialmente a una cuestión de rivalidad deportiva que implica la naturaleza de su deporte.
Le ocurrió en Italia hace muchos años con la rivalidad con Max Biaggi, y en España con Sete Gibernau y aquella última curva en Jerez. De la misma forma que luego le ocurrió con Casey Stoner o compartiendo box con Jorge Lorenzo. Con Marc Márquez era cuestión de tiempo que ocurriera, aunque es cierto que esta vez ha sido una rivalidad que ha ido un paso más allá de lo habitual. Pero por suerte todo parece volver a normalizarse esta temporada.
A diferencia de todos ellos, Kimi Räikkönen no gusta a mucha gente. No les cae bien, nada bien. De hecho, está a años luz de caerles bien. Es un tipo al que tachan de maleducado y grosero, y su sola presencia molesta e incomoda a mucha gente. Tiene una imagen negativa para una parte importante del público, pero son muchos más a los que sí les gusta y lo quieren.
Para aquellos que no conozcan a nuestro protagonista, decir que Kimi Räikkönen fue en su momento uno de los grandes jóvenes talentos de la F1. Llegó muy jovencito de la mano del equipo Sauber y un año después ya estaba corriendo en McLaren-Mercedes, sustituyendo a su compatriota Mika Häkkinen.
MIKA HÄKKINEN Y KIMI RÄIKKÖNEN, LOS 2 MEJORES PILOTOS DE FINLANDIA EN LA F1:
Después de su etapa en McLaren-Mercedes, Räikkönen fichó por la Scuderia Ferrari. Esta vez sustituyendo al heptacampeón Michael Schumacher. Pasó de ser el heredero de Häkkinen al heredero de Schumacher, ambos grandes rivales a finales de los 90 e inicios de los 2000.
Durante aquellos años (2003-2008), Kimi fue considerado uno de los mejores pilotos de la F1. Un piloto muy rápido y en ocasiones agresivo y espectacular. De hecho, fue subcampeón 2 veces con McLaren y campeón en 2007 con Ferrari, en su primer año en el equipo italiano.
Él es el último campeón del mundo con Ferrari.
Kimi Räikkönen ha tenido una gran carrera en F1, sobre todo esta primera etapa que hemos querido destacar. Pero lo que lo ha hecho ser un piloto único, diferente, popular y, a fin de cuentas, un piloto carismático entre los fans, ha sido su personalidad y carácter.
Lo que conocemos como el lado B del deportista, su imagen y marca personal.
KIMI RÄIKKÖNEN Y SU 1ª VICTORIA EN F1 EN EL GP DE MALASIA 2003:
Parte II
Kimi Räikkönen es un piloto muy especial, sobre todo fuera de la pista. Es un piloto completamente distinto a la mayoría de sus compañeros de equipo y rivales. Un deportista que, como decimos, está muy lejos de ese perfil teóricamente bueno y correcto de lo que debe ser un deportista de élite, y su comunicación e imagen. Pero esto no tiene por qué ser necesariamente algo malo o negativo. Al contrario, puede ser muy positivo y su caso es un gran ejemplo de ello.
Como buen finlandés, Räikkönen no es la persona más habladora del mundo ni tampoco la más expresiva. Es parco en palabras, tímido y reservado. Kimi sí encaja como un guante en la descripción que suele hacerse de las personas nórdicas: personas poco habladoras, reservadas y muy prácticas. Su compatriota Valtteri Bottas es otro buen ejemplo en la F1 de ese carácter nórdico, que tanto contrasta con el carácter y forma de ser latinos.
No hace falta ser un genio para saber el porqué de su apodo “Iceman”. Un apodo que le acompaña desde sus primeros años en F1 y que ha llevado siempre en su casco y antebrazo.
Pero Kimi es mucho más que un finlandés de carácter tímido y al que no le gusta mucho hablar. También es osado y atrevido, con un punto rebelde y descarado que con el paso de los años ha sacado a relucir cada vez más.
En un mundo lleno de glamour como siempre ha sido la F1, un deporte tan perfecto y de etiqueta, Räikkönen se desmarca por completo de lo que la mayoría de pilotos hacen. De toda esa corrección y formalidad que impera en el gran circo. En la gran mesa de la F1 todos lucen sus mejores trajes y vestidos, mientras Kimi se sienta en camiseta de manga corta y bermudas, en chanclas y con sus inseparables gafas de sol.
Hay muchísimos ejemplos de esto que destacamos sobre la personalidad y el carácter de Kimi Räikkönen. Desde responderle a un periodista que había ido a cagar poco antes de empezar la carrera (literal XD), a emborracharse en la gala de la FIA de final de temporada con todos los allí presentes atónitos ante tal desfachatez.
También lo hemos visto estrellarse en el GP de Mónaco y marcharse directamente a un yate en el que estaban unos amigos viendo la carrera. O irse a por un helado cuando todo el mundo esperaba en la parrilla de salida si se reanudaría la carrera, cuando se había tenido que parar por culpa de una tormenta.
Esta rebeldía y descaro en la personalidad y el carácter de Räikkönen, este atrevimiento e insolencia que tiene en algunas de sus respuestas y acciones, sorprendentemente (o no) gusta a muchísima gente. Y decimos este “o no” porque realmente no es tan sorprendente si nos paramos a pensarlo.
El hecho de ver a un tipo tan diferente a todo lo que se ve en la F1, con este punto irreverente y blasfemo en un deporte tan políticamente correcto, es normal que guste y atraiga a los fans. No tanto a los periodistas, a los que Kimi no gusta tanto precisamente y ha convertido en sus “enemigos” fuera del asfalto.
Para Kimi Räikkönen, todo aquello que no sea pilotar es un obstáculo y un inconveniente. Y en el deporte de élite y en la F1 sabemos que hay muchos de estos obstáculos e inconvenientes.
La actividad del deportista va mucho más allá de entrenar y competir, en este caso de pilotar. Hay que dar ruedas de prensa, entrevistas, participar en actos y eventos del equipo, de los patrocinadores, firmar autógrafos a los fans, fotografiarse con ellos, etc. Pero Kimi lo ha dejado claro siempre y lo ha repetido una y otra vez cuando se lo han preguntado: él detesta todo lo que no sea subirse al coche y pilotar, en especial atender a la prensa.
RÄIKKÖNEN Y LA PRENSA, UNA RELACIÓN COMPLICADA:
Frío como el hielo, siempre con una expresión completamente neutra y un máximo de 10 palabras en sus respuestas. Así es normalmente Kimi Räikkönen cuando tiene que participar en una rueda de prensa o dar alguna entrevista a los medios. Muchas veces oculto en sus gafas de sol, es difícil verle sonreír o explayarse más de la cuenta en una respuesta. ¿Acaso es Kimi una especie de robot? No, ya hemos visto que no lo es, pero sí que lo parece muchas veces.
En más de una ocasión en la que estaba siendo entrevistado, el periodista le ha preguntado qué era lo peor de ser piloto de F1. ¿Adivinas cuál fue la respuesta de Räikkönen? “Estar aquí sentado ahora mismo”, esbozando una pequeña sonrisa al responder. En el fondo no es tan malo como muchos creen jejeje.
Todo esto, lógicamente, hace que estemos ante un deportista que polariza, que no deja indiferente a nadie. Tanto a los aficionados, entre los que gusta muchísimo como hemos explicado anteriormente, como a los periodistas, a los que cae mucho más mal que bien.
Tiene muchos haters, la mayoría de la prensa deportiva. Lobato es uno de ellos, aunque sabe que es bueno para la F1 tener a pilotos como él.
BIOGRAFÍA DE KIMI RÄIKKÖNEN, POR VIDEAS:
Parte III
Está claro que Kimi Räikkönen no es un piloto más en la parrilla. Sí, es un piloto muy bueno que ha sido campeón del mundo, pero sobre todo es un personaje único en la F1.
Un piloto que parece sacado de los años 70 o de los 80, cuando el deporte se vivía de otra manera y no estaba tan profesionalizado. Los pilotos se juntaban unos con otros para tomar unas copas, muchos de ellos fumaban y nadie les decía nada. De hecho, el mismo Räikkönen ha dicho que le habría encantado competir en esa época. Su admiración por James Hunt no es casualidad, con el que Kimi se identifica y al que ha llevado en su casco en alguna ocasión especial.
Aquella era otra época. Una en la que los pilotos tenían ese aura de estrellas de rock que con el paso de los años se ha ido perdiendo. Ahora muchos de ellos parecen “robotizados”, humanos preparados única y exclusivamente para pilotar monoplazas al máximo rendimiento.
La F1 actual necesita más “Kimis” y menos pilotos perfectos. Deportistas que trascienden de su deporte, que despiertan el interés y la atención de los fans más allá de lo que hacen en las carreras. Deportistas que venden entradas y ocupan noticias, que hacen crecer sus deportes gracias a su imagen y presencia.
Éste es el caso de Kimi Räikkönen, el cual decidió ser él mismo sin importarle lo que pudieran decir sobre su persona o las críticas que pudiera recibir. Podría haber jugado a ser ese piloto perfecto que siempre sonríe y da las mismas respuestas que se supone que hay que dar, tratando de aparentar ser alguien que no es. Pero no lo hizo.
Y no solo eso, sino que además ha potenciado esos 2 perfiles de su carácter y personalidad que lo representan y lo diferencian: alguien parco en palabras, tímido y reservado; pero a su vez atrevido, con un punto descarado y rebelde, y políticamente incorrecto.
Potenciar esto ha sido clave en su trabajo de comunicación, imagen y marca personal. El trabajo parte de una premisa que es la siguiente: soy Kimi Räikkönen y no voy a cambiar, guste o no a los demás. Kimi lo ha tenido claro desde el principio y en el fondo se divierte siendo el chico malo de la F1.
ENTREVISTA A KIMI RÄIKKÖNEN, EL CHICO MALO DE LA F1:
Otro punto que también quiero destacar sobre la imagen y la marca personal de Räikkönen y del deportista en sí, es la importancia del nickname en el deporte. En este caso es un aspecto más secundario, pero no por ello deja de ser importante.
El hecho de contar con un apodo representativo es un plus para la imagen del deportista, y en el caso de Kimi así ha sido. “Iceman” es un alias muy bueno que encaja a la perfección con nuestro protagonista, un signo distintivo de su imagen y marca personal. Incluso lo lleva tatuado en su antebrazo, como habíamos apuntado antes.
Son muchos los ejemplos que podemos ver de esto en el mundo del deporte. Por ejemplo, en el fútbol sudamericano y el deporte sudamericano en general, o en el deporte argentino en particular. O en la NBA y el boxeo, dónde los nicknames siempre están presentes.
LOS MEJORES NICKNAMES DE LA NBA:
Parte IV
Como hemos visto a lo largo del post, el hombre de hielo de la F1 es uno de esos deportistas únicos y especiales que no deja indiferente a nadie. Un tipo con mucha personalidad para ser quién es en un deporte como la F1, y sobre todo siendo un personaje público y famoso en todo el mundo.
Kimi Räikkönen no ha sido el mejor piloto ni el que más títulos o carreras ha ganado, pero sí uno de los más notorios y valiosos que ha tenido la F1 en las últimas 2 décadas. Y ahí sigue, corriendo esta temporada con un Alfa Romeo con 39 años. Subido en un monoplaza con el cual no puede ganar carreras ni subir al podio, como ha hecho durante casi toda su carrera deportiva en la F1.
A excepción del año de su debut y sus 2 temporadas fuera de la categoría corriendo rallys, Kimi siempre ha estado en los mejores equipos. Con coches capaces de sumar victorias o pelear por subir al podio. Pero este año, en su regreso al que fuera el equipo con el que debutó en 2001, no tiene otra aspiración que la de entrar en zona de puntos.
Le han criticado por ocupar un asiento en el que podría estar corriendo algún joven piloto con ganas de labrarse un futuro en la categoría. Pero esto no es nuevo para Räikkönen, ya que siempre le han criticado por un motivo u otro. No tiene nada que demostrar y sigue corriendo porque le apetece, porque sigue disfrutando pilotar en F1 y le pagan por ello.
La temporada pasada tuvo una bonita despedida con Ferrari subiendo al podio en el GP de Italia, en la carrera de casa. No pudo ganar a Hamilton, pero al menos pudo despedirse de los tifosi desde lo alto del podio.
Cerró el año ganando el GP de Estados Unidos, después de 4 temporadas sin ganar una carrera. En Austin, Kimi Räikkönen logró la que al 95% será su última victoria en la F1.
LA VICTORIA DE “ICEMAN” EN EL GP DE ESTADOS UNIDOS 2018:
La última victoria en una carrera llena de éxitos y momentos para el recuerdo, tanto en el asfalto como fuera de él. Si Vettel o Leclerc no lo remedian este año (que no tiene pinta), la leyenda del último campeón con Ferrari seguirá creciendo en el tiempo un año más.
Kimi llegó a la F1 para algún día ser campeón y lo hizo vestido de rojo, el color más importante de la historia de la F1. El hombre de hielo unió su nombre junto al fuego y pasión de Ferrari para conquistar el título. Kimi Räikkönen y Ferrari, canción de hielo y fuego. Su nombre ya forma parte de la historia del deporte y de la leyenda del equipo italiano.
Räikkönen ha sido un piloto muy importante para la F1 durante todos estos años. Tanto por sus logros dentro de la pista como por su imagen fuera de ella. Y como tal vez veamos en una entrada futura en el blog, ya hay quién le está “imitando”, en cierto modo, y siguiendo sus pasos. Pero eso tendrá que esperar para más adelante, ya que hay muchos deportistas muy interesantes por ver y analizar.
Mientras tanto, esperaremos disfrutando de un helado.
Como haría el bueno de Kimi.
KIMI RÄIKKÖNEN, EL ÚLTIMO CAMPEÓN DEL MUNDO CON FERRARI:
Imagen tomada de Motorsport.com